¿Como puedo saber qué ejercicio físico me viene bien?
Sin tener en cuenta la intensidad, ¿Intuyes cuál de las dos imágenes haciendo ejercicio físico es más idónea para tu salud?
La respuesta no es nada fácil a pesar de lo que puedas pensar.
Según la OMS, se puede llamar ejercicio físico a toda actividad física planificada, estructurada, repetitiva y realizada con un objetivo relacionado con la mejora o el mantenimiento de uno o más componentes de la aptitud física. Digamos que es un tipo de actividad física. La actividad física abarca el ejercicio físico, pero también otras actividades que entrañan movimiento corporal y se realizan como parte de los momentos de juego, del trabajo, de formas de transporte activas, de las tareas domésticas y de actividades recreativas.
Teniendo en cuenta la teoría, en la práctica, el ejercicio físico es un concepto un tanto ambiguo donde el secreto de la conveniencia está en la dosis.
Al igual que para la medicación es importante la posologia recomendada, para considerar la correcta receta de ejercicio físico y así situarla entre mínimo estimulante biológico y el máximo umbral de tolerancia para cada individuo, disponer de variables objetivas y prácticas es fundamental.
Por lo tanto, Huye de valorar como idóneas disciplinas como la Natación o el Pilates simplemente por la buena fama. Nuestro cuerpo puede no tolerar algunos estímulos pero no tires la toalla y no pierdas la esperanza. Continua buscando.
Entre las variables más determinantes para poder iniciar nuestra práctica de ejercicio físico, podemos destacar una de ellas: Nuestra sensación general de que algo nos está sentando bien. Algo tan lógico, a veces no es tan locuaz y mucha gente insiste con algunas recomendaciones obteniendo pésimos resultados.
Tan sólo hay una excepción y es que, como hemos mencionado en otras ocasiones, cuando el sistema nervioso está alterado, por ejemplo debido a un proceso clínico, cualquier estímulo se puede percibir como una amenaza, incluido horas previas a un chaparrón. En estos casos, debemos poner el foco en otros indicadores y tener un poco más de paciencia para ver los resultados del proceso.
Cuando los estímulos nos facilitan nuevas estrategias motoras y, tienen como consecuencia, que toleramos posturas o movimientos con mayor fluidez y comodidad, podemos valorar como positiva la dosis de ejercicio físico. Esto mismo se puede objetivar analizando la cantidad y calidad de patrones analíticos de movilidad. Es más fácil analizar un movimiento simple que los más complejos de las actividades cotidianas o deportivas. Si es fácil podrás ayudar a autoevaluarte y racionalizar los cambios post-ejercicio.
Existen otros valores indirectos que tratan de ofrecer valores cuantitativos como escalas clínicas, indicadores fisiológicos como la CPK, indicadores neurofisiologicos como Electromiografia o indicadores biomecánicos como el desplazamiento del baricentro en plataforma dinamométrica. Todos ellos nos pueden ayudar a objetivar los resultados. Pero solamente tú, nos ayudarás a ayudarte a encontrar el camino del éxito.
A pesar de que, la tecnología y métodos está evolucionando a ritmos acelerados y estos avance siempre aportan valor a esta disciplina, debemos ser críticos como profesionales y usuarios con las recomendaciones de ejercicio aunque interesadamente lo denominen ejercicio terapéutico.
Da igual como lo llamemos, lo importante es el resultado.